1 mar 2011

El sistema-mundo capitalista y su salida hacia otra sociedad

La debacle del sistema capitalista obedece a la inescrupulosa acción especulativa que ejercen los centros de poder económico mundial en la que están sujetos las economías de los pueblos dirigidos al hoyo de la libre competencia, la demanda y la oferta, el superfluo de los intereses en la bolsa bursátil y la incrementación de la superproducción de los oligopolios sobre la cotización de los precios de los productos en las bolsas del mercado internacional y mundial donde la demanda del mercado están puestos en la especulación de la inversión mercantil que rigen la esfera de las finanzas globalizadas, el precio de la moneda como mercancía (dollar, yens, euro) y el petróleo.

Se trató de otra crisis de sobreproducción, acompañada de una significativa reducción de las ganancias de los grandes consorcios, de perspectivas de agotamiento de las fuentes propias de energía, minerales estratégicos, agua, biodiversidad; extensión del desempleo, grandes flujos migratorios procedentes de los países del Sur y otros síntomas alarmantes.


El colapso del capitalismo no ha ocurrido porque las empresas, la banca y el gobierno han trasladado a las espaldas del salario y de las clases asalariadas toda la carga de adaptar el capitalismo estadounidense a las demandas del mercado. Lo que se llama la "crisis del capitalismo" es en realidad la crisis del trabajo, es decir, la reducción absoluta y relativa de los niveles de vida, evidente en la eliminación de:

a) planes de pensión con fondos de las empresas e incremento en la aportación de los trabajadores a esos planes.

b) eliminación o reducción de pagos a planes de salud y mayores deducciones a los salarios para gastos en salud, o bien pérdida total de la protección a la salud.

c) crecimiento de dos dígitos en los costos de energía, salud, educación y medicinas que no están calculados en el índice de precios al consumidor.

d) la ola creciente de concesiones de líderes sindicales escleróticos que ganan sueldos excesivos, los cuales degradan los niveles de vida e incrementan las ganancias de las corporaciones.

Además, la desregulación de las dependencias ambientales, laborales y de protección al consumidor ha conducido a problemas de salud y pérdida de ingreso para los asalariados y en mayores ganancias para las empresas.

Para una resurrección del radicalismo, de la toma del poder por parte de la clase trabajadora es importante concentrarse no en la tesis del derrumbe, sino en la intensificación y extensión de la explotación de los trabajadores, del medio ambiente y de los consumidores por el capital corporativo, la cual permite a la economía estadounidense continuar creciendo y sobreponiéndose a cualquier tropiezo momentáneo.

Las predicciones de un colapso del capitalismo se construyen sobre un espacioso conjunto de argumentos, que es fácil volver de revés y que desvían nuestra atención de las verdaderas tareas de unirse a la lucha en los lugares de trabajo, en el medio ambiente y en los sitios de consumo.

De todo esto ha resultado un capitalismo y un imperialismo más moderno en sus áreas de gran acumulación, pero a la vez más bárbaro y brutal respecto a la gran mayoría de la humanidad.

Las recetas del gran capital para salir de su crisis estructural han creado una crisis mayor; una crisis de existencia de la humanidad, una crisis civilizatoria, realmente insoportable.

Y el empobrecimiento masivo de seres humanos y naturaleza, la inseguridad de vida, los sufrimientos potenciados, las guerras desatadas, el elevado nivel de la crisis moral, el auge de la mentira y de la delincuencia de Estado, los abusos contra el acervo cultural y la diversidad, el aplastamiento de identidades nacionales y las discriminaciones por género,,razas y edad…han dado lugar a una resistencia creciente y a una contrapartida de luchas y rebeldías de profundo contenido social, anticapitalista, antiimperialista.

En América Latina y el Caribe esto se ha transformado en una nueva oleada revolucionaria con características muy originales.

Es la primera ola de este siglo XXI y la cuarta en los últimos 50 años del Siglo XX.

1-Revolución Cubana y su entorno, Abril 65 en República Dominicana, proceso torrijista en Panamá. 2-Auge de las luchas en el Cono Sur y victoria de la Unidad Popular en Chile 3- Revolución Sandinista en Nicaragua e insurgencias centroamericanas 4-Revolución Bolivariana de Venezuela con su onda expansiva, insurgencia colombiana y auge progresista en Suramérica).
Y esta cuarta ola pinta ser la mas difícil de aplastar y contener tanto por medios políticos como por la vía militar.

Es detestablemente lamentable la situación que cruza la que hace pocos momentos es considerada la súper poderosa potencia económica de Estados Unidos.
Las noticias internacionales en este instante reflejan que hoy son 32 millones de estadounidenses los que están tratando de sobrevivir con cupones de comida que esta entregando el Estado.